4 de febrero de 2013

Esfuerzo y éxito

Bien por nuestros  jóvenes brillantes que se labran su propio futuro:  una medalla de oro europea en patinaje artístico,  Javier Fernández

 Me encanta contemplar los éxitos de los jóvenes que trabajan y se comprometen consigo, así que esta entrada es mi pequeño homenaje a Javier.  Voy a intenar resumir los rasgos que le caracterizan y que todos podemos desarrollar:

Afán de logro y perseverancia.  Desde pequeñito se esforzó por mejorar, y era tan pequeño que debía mirar hacia arriba desde su posición número uno para ver a sus compañeros de podio.  Todos sabemos lo difícil que resulta alcanzar el podio (real o figurado) y allí estaba Javier, intentando conseguir ser cada día un poco mejor.

Capacidad de trabajo.  Enseguida se echa de ver que una medalla de oro no se alcanza así como así, es obvio que detrás de ese triunfo hay horas y horas de trabajo riguroso, programado, exigente y extenuante. Hay que tener muy claros los objetivos y las propias capacidades para poder arrostrar esos programas de trabajo y conseguir tan elevado nivel técnico.

Capacidad de aprender de lo mejor de los demás. Javier ha interiorizado la técnica que denominamos benchmarking: explica que mejora sus preciosos saltos "incorporando los giros de los rusos y la velocidad de los americanos" (Entrevista de Olga Viza en Marca, 03.02.2013).

Capacidad de superar las adversidadesConocemos una anécdota que ilustra muy bien su capacidad:   él mismo nos explica que "cuando aterricé en Zagreb no tenía ni patines ni maleta. Me perdí dos días de entrenamiento y más otros dos de viaje, así que llegué con cuatro días sin hacer nada. Me dije 'bien empezamos'. Fue una odisea". (Entrevista publicada en Mundo Deportivo). Y todo eso le ocurrió en la ciudad en que consiguió la medalla.

Arrojo. A los 17 años se fue solo a USA, sin conocer el idioma, sin amigos ni conocidos, viviendo modestamente en un pequeño apartamento.... Sé por experiencia lo duro que resulta vivir un episodio así,  pero en la sociedad actual  que sobreprotege a la juventud, Javier dio un paso muy loable.  Ojalá el arrojo sea contagioso.

Honradez. A destacar especialmente en los tiempos que corren. A pesar de sus logros vive modestamente:  el programa ADO le ayuda con una beca de 12.000 euros, de los cuales ha destinado 8.000 a sufragar las dos coreografías que presentó en Zagreb, por lo que no es difícil deducir cuánto dinero maneja para su propio mantenimiento.

Creatividad. Pone mucha atención en la selección de música de películas y de óperas para sus números, y se nota que se divierte durante su ejecución.  

Agradecimiento. Javier reconoce públicamente la ayuda que ha recibido de sus padres, entrenadores, federación y diversas personas del mundo del deporte y agradece todos los esfuerzos y aportaciones cada vez que se le brinda la oportunidad.

Todas esas cualidades le he visto, y seguro que le adornan muchas más.  Muchas gracias por ser así, Javier.  Me gusta que te hagas popular para que nos sirvas de ejemplo a todos nosotros.  Bravo, campeón.

Dejo aquí una exhibición para disfrutar y una entrevista para conocerle un poco más.

 



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